Existen 2 tipos de motivación en función de dónde provengan los estímulos.
Si dichos estímulos provienen directamente de la actividad a realizar son intrínsecos, sería por ejemplo cuando alguien lee una novela simplemente por el placer de leerla, y no por ganar más vocabulario.
En cambio si los estímulos provienen de un elemento secundario, es decir, que realizamos una actividad o acción porque como consecuencia ocurrirá lo que realmente nos motiva, se llama motivación extrínseca; por ejemplo comer verdura para adelgazar, no porque me apetezca comer verdura.
Si dichos estímulos provienen directamente de la actividad a realizar son intrínsecos, sería por ejemplo cuando alguien lee una novela simplemente por el placer de leerla, y no por ganar más vocabulario.
En cambio si los estímulos provienen de un elemento secundario, es decir, que realizamos una actividad o acción porque como consecuencia ocurrirá lo que realmente nos motiva, se llama motivación extrínseca; por ejemplo comer verdura para adelgazar, no porque me apetezca comer verdura.
Hace poco con David reabrimos un debate sobre la religión y la ética. En función del tipo de motivación se puede afirmar que:
Son mucho más valiosos los valores de un ateo que de un creyente, ya que lo importante son las buenas acciones, y los de un ateo son provenientes de motivación intrínseca, pero los de un creyente no se puede saber, ya que los impone la religión que practica, en función de unas leyes y consecuencias.
Y digo yo, si al final Dios existe, acogerá antes en el cielo a los que hicimos el bien porque entendimos por qué se hacía y porque queríamos, que no a los que lo hacían por ganarse una parcela divina o no pasar mucho calor el resto de la eternidad.
Vamos, que al final todo es cuestión de motivación. ¡TODO! Escoge tu actitud. Estate presente.
Si te interesa saber más sobre religión recomiendo: http://nuevasleyes.blogspot.com/search/label/religi%C3%B3n